We could use some girl time ▬ Eileen.

Cartón de pizza en un brazo e intentando que la bolsa con el laptop no se cayese del mismo, Anneliesse giro la llave con su mano derecha, empujando de espaldas la puerta de su apartamento. Se encontró con oscuridad y silencio apenas piso adentro, quitándose los zapatos y cerrando de nuevo la puerta con el pie. -¿Eileen? –llamo solo para asegurarse, porque tenía casi por seguro que si su hermana se encontrase allí, ya habría notado su presencia. Descalza, dejo la pizza sobre la encimera de la cocina, encendiendo luces mientras caminaba y sacando su celular para dejarle un mensaje a su hermanita.
“He traído pizza. ¿Te espero o la comerás fría?” Envió el mensaje para informarle de todos modos, aunque no sabía si estaba aun la biblioteca, o ya había salido de fiesta con sus amigas. Era egoísta de su parte por un viernes por la noche, pero esperaba que no fuera lo último, porque realmente le apetecía pasar una noche con su hermana pequeña sin ninguna otra preocupación en mente.

Guardando el celular en el bolsillo trasero de sus jeans, dejo la chaqueta en la entrada y paso a ordenar un poco el salón, con toda intención de instalarse allí a comer y ver una película, sola o no. Había pasado una semana de lo más estresante, con tratos con nuevos socios que no confiaban en ella para cerrar, lo que significaba reuniones a todas horas y el mínimo de sueño necesario para funcionar. No era ideal, y no era saludable, pero era lo que había, y al menos había podido dejar todo en orden antes de salir e ir a por la pizza.
En cierto modo, era su forma de pedirle perdón a Eileen por no haber estado allí casi toda la semana, ni haber podido preguntar sobre sus estudios, posibles exámenes, amigos, o simplemente mantener una simple charla. La conversación más extensa que habían tenido durante los últimos días había sido mediante mensajes, donde Anne le informaba que se quedaría a dormir en casa de Aleksander porque le quedaba más cerca para su reunión a primera hora el día siguiente. No su mejor momento como hermana mayor y responsabilidad adulta, lo admitía, pero a veces le salía fuera de control y le era necesario hacer un control de daños de vez en cuando. El resultado de la última vez no le había agradado, y allí estaba ahora, intentando arreglarlo.

Con la mesita suficiente cerca de los cojines que había dejado en el suelo, regreso de nuevo a la cocina para cortar la pizza, y ya que estaba, sacar platos y una botella de Coca-Cola de la nevera. Considero la opción de vino o cervezas, pero alcohol era lo último que le apetecía, así que llenando dos veces, los llevo de nuevo hacia el salón, tirándose al sofá para buscar algo entretenido que ver mientras esperaba. A su hermana o su respuesta en todo caso, pero estar sin nada que hacer era simplemente imposible para la morena.

Cerró con frustración aquel libro en el cual se había centrado las ultimas cuatro horas y que comenzaba a odiar. Nunca le había costado estudiar o entender las cosas pero su meta era crear la tesis más interesante que los profesores hubieran leído nunca y no pararía hasta lograrlo. Es que así era ella: determinada y segura de si misma. Dejó escapar un bufido mientras se dejaba caer sobre el respaldo de aquella silla sobre la cual había estado sentada las últimas horas. Observó un instante a sus compañeros de estudio y río al escucharles hablar sobre ir a una gran fiesta temática que se llevaría acabo esa noche. Amaba la noche, bailar, divertirse y pasarla bien. Si había alguien que no podía faltar en las fiestas ya que era el alma de la misma, esa era Eileen. Por esa razón no le sorprendió cuando los chicos dieron por sentado que ella estaría allí. Sin parar de reír por las ocurrencias que estaba escuchando tomó su celular y notó que en el mismo había un mensaje no leído.
- Podría necesitar un poco de alcohol para terminar la tesis...- bromeó respondiendo el texto de su hermana: " ¿Has traído pizza?...¿acaso estás en casa?. Recuerdame como lucías porque apenas recuerdo como era mi hermana y podría confundirte con un ladrón si te viera. Tranquila Helström, voy para ahí". Río levemente al imaginarse a su hermana ofuscada al leer ese mensaje. Lo cierto era que últimamente Anne estaba tan tapada de trabajo que Eileen había estado sola casi todo el tiempo en casa. En parte estaba acostumbrada a ello pero no podía evitar extrañarla. Adoraba a su hermana mayor por sobre todas las cosas y si había algo que en verdad echaba de menos era bromear con ella.
- Cambio de planes chicos... deberán de sobrevivir una noche sin mi. Me voy a casa - sentenció siendo seguida por un sinfín de protestas.

Guardo su celular en su pantalón, tomó sus libros y luego de despedirse salió rumbo a casa. El camino era algo largo pero le gustaba manejar, estaba en su esencia ser controladora y cuando estaba en su auto, escuchando su música lograba sentirse muy a gusto.
Momentos más tardé se encontraba abriendo la puerta de su hogar y sonrío al sentir como el aroma a pizza invadía sus sentidos. Cerro lo puerta y al voltearse pudo ver como su hermana estaba acomodando una coca cola en una mesa del salón.
- Las manos arriba!... suelta eso!... ¿quien eres tu persona desconocida que osa entrar en mi casa y apropiarse de mi coca cola? - exclamó para luego estallar en risa. Estaba algo molesta con Anne por haber estado tan ocupada. Aunque le entendía Eileen estaba algo cansada ya de sentir que su familia se reducía cada vez menos, y es que la ausencia de su hermana mayor solo la ayudaba para sentir eso. Por ende era algo natural en ella molestar a Anne al respecto.

Tres minutos más tarde, su celular volvió a vibrar con el sonido de un nuevo mensaje, y Anne volvió a sacarlo del bolsillo, abriendo a leer el mensaje que acababa de recibir. La voz de Eileen estaba permanentemente grabada en su memoria, y si se concentraba lo suficiente, Anneliesse juraba que podía escuchar a su hermana leerle el mensaje en voz alta en su cabeza. La ironía no se le escapo en absoluto y volvió a sentirse más culpable que nunca por haberla descuidado. Era la única persona que le quedaba de su familia, después de todo; si Anne no estaba allí para ella, ¿Quién lo estaría? La morena se había hecho una promesa hace muchos muchos años, que nunca dejaría a Eileen sentirse sola, y era precisamente lo que había estado haciendo durante toda la última semana. Como si la pizza pudiera compensar aquello.

Antes de leer el mensaje hasta el final, estaba casi segura que Eileen le diría que tenía otros planes, y no podía culparla, porque ella era demasiado hiperactiva para quedarse dentro un viernes por la noche. Sin embargo, su hermana si le confirmaba que partiría para allí y Anne no pudo evitar sonreír, porque aparentemente, aun le quedaba algún chance de comportarse como la hermana que debía ser. Negando con la cabeza para sí misma, volvió a tomar el teléfono, escribiendo rápidamente una respuesta que esperaba que leyera antes de empezar a conducir. “Mueve el culo, Leen, que a mí no me gusta la pizza fría. ; )”

Riendo en voz baja, se puso a buscar alguna película interesante, aunque no tuvo precisamente mucha suerte. Quizás era porque simplemente no sabía por dónde buscar: ella no tenía tiempo de ver la televisión, y cuando lo hacía, era tan raramente –en ocasiones como esta- que jamás encontraba algo que captase su atención. Mientras estaba contemplando la opción de levantarse a buscar algún DVD o conectar su laptop y buscar ella misma su película, la puerta principal se abrió, y segundos más tarde, Eileen la estaba acusando de estar robándole la Coca-Cola. Típico de su hermana. Aunque si aun podían bromear, entonces no todo estaba tan perdido como Anne había temido hacia unos minutos.
-¡Hey! Yo te compro la Coca-Cola cada vez que voy al supermercado y tú bebes todas las botellas. Por una vez que yo tomo un vaso… ¡un vaso! –estaba en su intento de hacerlo sonar como un reproche, pero el tono serio no le duro más de dos segundos, porque seguidamente, ya estaba riendo con toda la situación, indicando con la cabeza el segundo vaso sobre la mesa. –Te he dejado a ti también. –admitió entre risas, acomodándose en el sofá mientras daba otro trago.

-¿Cómo te fue hoy? ¿Estás avanzando con la tesis? –pregunto, queriendo establecer algo de conversación normal antes de disculparse por no haber estado allí o antes de que Eileen simplemente le echase en cara que había estado ausente. Ella era más investida en la tesis de su hermana de lo que debería, porque a Eileen nada terminaba de convencerla si era algo menos que perfecto y no aceptaría su ayuda por nada en el mundo.
-¿No tenias planes para hoy? –pregunto con cierta curiosidad, porque ya la conocía a ella, y ya conocía algunos de su grupo de amigos lo suficiente para saber que todos disfrutaban igual de las fiestas.

Se movió a un lado en el sofá cuando Eileen se acerco, dejándole lugar para sentarse y cogiendo ella también un trozo de pizza, dándole un mordisco mientras la escuchaba hablar sobre su tesis. Podría ser solo su impresión, pero la veía bastante cansada, y con lo que decía sobre simplemente querer llegar a casa y dormir, empezaba a convencerse que así era en realidad. Si la preguntaran a ella, Eileen se cansaba demasiado a propósito: su hermana nunca había tenido dificultades con sus estudios, en ninguna materia y la cuestión de la tesis era algo entre el hecho que sus profesores le habían asignado algo particularmente difícil, o que ella estaba revisando todo hasta el más mínimo detalle. –Ya sabes, si necesitas ayuda…-volvió a ofrecer, aunque sabía que Eileen era plenamente consciente que podría venir a ella con toda duda o pregunta, y aunque Anne no fuese una especialista en el caso particular, conocía suficiente gente para sacarla del apuro.

Iba a añadir algo sobre hacer fiestas cuando el año escolar hubiese terminado, pero Eileen se dio cuenta de primeras de lo que ella estaba intentando hacer. No que hubiese dudado que no se percatara de todas formas. A Eileen no se le escapaba nada, aunque era posible que no lo mencionase constantemente, pero era una excelente observadora. –Leen…-empezó, dejando su copa sobre la mesita y enderezándose, medio girada hacia ella para poder verle mejor. Había pensado todo el día lo que iba a decirle, aunque sus ideas no llegaron muy lejos cuando sugirió que no había estado allí porque llevaba una relación con Alek. Pero… ¿y eso de donde venia?
-Ahora estas siendo ridícula Eileen, no tengo una relación con Alek y si la tuviera, estarías enterada. –dijo con bastante seriedad, porque no pensaba ocultárselo cuando tuviese a alguien en su vida y le gustaba pensar que aunque estuviera en una relación, encontraría la forma de no ignorar a su hermana. Aunque tampoco había estado haciendo un muy buen trabajo ahora que tampoco estaba en una relación.

-Lo siento, ¿sí? Realmente lo siento. Sé que no he estado aquí y tú te mereces mejor, pero estoy haciendo todo lo que puedo. Los negocios y mis matones y Alek necesitan también mi atención y por mucho que lo odie, solo hay 24 horas en un día. –se arrepintió de lo que había dicho apenas las palabras dejaron su boca. Esto no era en absoluto como había querido que la conversación siguiera, ni tampoco era la disculpa que ella había preparado. Había querido decirle que ella era más importante que cualquier negocio, que la quería y era lo único que le quedaba, y Anneliesse sabía que no debía hablar cuando empezaba a enojarse, pero estaba dando todas las ideas equivocadas y esto solo estaba empeorando las cosas.

-Eso..eso no era lo que quería decir. Lo que estoy intentando decir, Leen…es que…estoy consciente. Y no es lo ideal, y no es lo que quería para nosotras, pero alguien tiene que encargarse. Y créeme que quiero estar aquí, lo juro. Quiero llegar a casa a una hora normal, y quemar la cena intentando cocinar y preguntarte como te fue el día… ¿crees que lo tengo fácil, enviarte mensajes sobre como no llegare a dormir, regresar tan tarde y no poder saludarte porque ya te has acostado? No es fácil, y no es algo que quiero hacer, pero toda esta semana no he tenido ninguna otra opción. –intento explicar, pasándose las manos por el pelo y suspirando por lo bajo. Quería prometerle que había sido solo esta semana y no volvería a repetirse, pero Anne no sabía si eso era cierto, y mentirle, era lo último que deseaba hacer.

-Lo siento de veras. Y tienes toda razón de estar enojada conmigo, yo también lo estaría si la situación estuviese al revés. Intentare…intentare ser mejor, ¿sí? –ofreció con una pequeña sonrisa y no sabía realmente que más podía hacer aparte de esto.