No fue un accidente y lo sabes.

El último viaje que Helena había hecho le sirvió para aclarar más sus pensamientos, si bien siempre había sido una mujer en perfecto control de sus emociones. La pérdida de un ser querido es algo que podría desestabilizar a cualquiera, aunque fuera de forma interna ya que a la joven no le gustaba mostrar sus emociones. Más bien no era de esas que iba por ahí lamentándose de lo injusta que la vida era y que el universo parecía estar en su contra. Helena más bien veía todo como una posibilidad de crecimiento, ahora ya no estaba su padre, pero este siempre le había inculcado el pensamiento que siempre tenía que ver para adelante, sin importar lo adversa que pudiese ser la situación. Quizá por ello es que siempre lo había visto como su héroe personal, alguien inquebrantable, hasta que bueno, pasó lo que pasó y un "accidente" acabó con su vida.

Aunque los hermanos Boulet se había mantenido en contacto vía redes sociales, la menor de ellos tenía demasiadas ganas de reunirse con su hermano, ponerse al corriente de todo lo que ocurría en sus vidas. Aunque había algunas cosas en las que Aidan siempre se había manejado aun más hermético que de costumbre, pero tampoco podía juzgarlo. Ella también tenía sus propios secretos, cosas que pensaba que era mejor guardarse para sí misma, no por ello quería decir que era algo malo. Ese día Helena había arreglado todos sus asuntos para poder salir más temprano de la oficina para llegar a su casa temprano. Le había llamado a Aidan pues tenía que hablar con él de varios asuntos. Entre ellos, el hecho que había decidido investigar por su cuenta. Estuviese de acuerdo o no.

Entre más lo pensaba, menos congruente le parecía la explicación que habían dado los péritos. "Fue solo un accidente" No podía ser, esas condiciones no lo eran. Un atentado tal vez, pero tampoco podía estar segura. Desde que tenía uso de memoria, su padre se movía entre las esferas más altas del poder, era amigo de varios políticos importantes, senadores, gobernadores, y él mismo entraba en ese rango. Era un hombre importante tanto en América como en Europa, las posibilidades eran muchas. Sería algo díficil, pero no imposible dar con la verdad.

Después de salir de la oficina, tomó sus cosas y tras despedirse de su asistente tomó el ascensor que la llevaría al estacionamiento para así poder dirigirse a la casa. Al llegar a su automóvil, se introdujo y una vez que hubo puesto los seguros internos del auto, tomó su móvil para enviar un mensaje a Aidan:

Voy a la casa, prepararé algo de cenar.Nos vemos, Dan.

Tras el aviso a su hermano se encaminó hacia su casa ubicada en una de las mejores zonas residenciales de Chicago. Una vez ahí preparó la cena, un poco de pasta nada más. Mientras lo preparaba, se sirvió una copa de vino y tomó asiento en la sala mientras veía un poco de televisión, nada importante, más bien se dedicó a cambiar canales mientras esperaba a su hermano.