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Ambientación

Noviembre del año 2017.  Corea del Sur se ha posicionado como uno de los primeros países en importancia a nivel global, y esta posición será reforzada con la celebración en el próximo Febrero de los Juegos Olímpicos de Invierno, un acontecimiento que todos esperan con expectación.

Sin embargo la situación del país no es fácil. Aunque se intenta ocultar a la opinión pública y los gobernantes de otros países, la tensión con Corea del Norte es cada vez más creciente. Con la firma de un pacto entre esta y China, el bloque comunista se hace más fuerte, lo que presenta una seria amenaza para el resto de países capitalistas. Corea del Sur pide ayuda a sus amigos americanos y estos refuerzan su presencia en las bases del país al mismo tiempo que el ejército surcoreano intensifica apenas perceptiblemente su presencia en la frontera y la intensidad de su servicio militar.

Esta tensión alimenta también la vida de las mafias, quienes desean sacar tajada del conflicto sabiendo que se necesitarán más suministros de armas, comida y víveres. Es por eso que la mafia de Seúl lucha con la del Sur para controlar el puerto principal del país: Busan, y también los medios de conexión entre este y el resto del país.

Al mismo tiempo comienza a notarse la presencia de mafias extranjeras, como la yakuza japonesa o las tríadas chinas, las cuales saben que Corea será la clave del poder en los países orientales durante los próximos años.

No solo ellos, sino las empresas más importantes también empiezan a tomar partido por un lado u otro, encubriendo estas decisiones tras transacciones comerciales y acuerdos de negocios. Los chaebols no quieren perder su poder, lo que saben que ocurrirían si se hiciera patente la presencia comunista en el país.

Pero el resto de la población permanece ajena a todo esto y se centran en su vida de siempre. Cada vez más gente le da importancia al Hallyu, que con sus dramas y su música está dando a conocer el país en todo el mundo.

Es por esto que hace unos meses las televisiones y agencias más importantes de Corea tomaron una decisión inesperada: fusionarse. Así la KBS, SBS y MBC no sólo controlan la programación, sino que también preparan a los actores y los grupos, y son los encargados de promocionarles en el país y el resto del mundo. Para el resto de pequeñas empresas y televisiones es cada vez más difícil competir con ellos, sobre todo por el pacto firmado entre las tres grandes de dejar a sus idols promocionar en el resto de canales, de emitir sus series también, lo que hace que siquiera puedan contar con guerras abiertas entre ellas.

Mientras tanto, la Purple Line, una sociedad formada por gente importante, hombres de negocios... busca afianzar su poder lejos de todos estos problemas. Poco se sabe de ellos, pero con el paso del tiempo comienzan a estar cada vez más presentes en las empresas, el entretenimiento y los organismos oficiales.

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