Situaciones Inesperadas ►Eileen

El día era soleado pero a pesar de esto, una brisa podía mantenerte fresco sin problema alguno. Las personas transitaban por las calles de una parte del barrio de Far northwest side en el que había muchos negocios, tanto pequeños como medianos. Boutiques, cyber-cafés, restaurantes, spas.. por mencionar algunos.

Entre las personas caminaba Aleksander a paso despreocupado, que hacía que muchas de las personas que se encontraba quisieran reclamarle por su lentitud. Alek no estaría en dicho barrio sin razón alguna, tenía que hacer una entrega especial que su hermano le había pedido, nada del otro mundo.
"Entregas el paquete y te dejo libre el fin de semana" fueron las palabras que impulsaron a Alek a viajar a lugar tan lejano de su casa.
Su agenda no tenía más de dos anotaciones, era un día "libre" como él le llamaba y como la entrega podía ser a cualquier hora, no tenía la prisa característica de alguien tan estricto en cuanto a las horas de entrega.

Lamentablemente para el peli-negro, el lugar a donde se dirigía no contaba con estacionamiento por lo que tuvo que dejar su automóvil a unas manzanas del lugar de encuentro. No le molestaba caminar en absoluto, pero pensaba que si el endemoniado lugar tuviese estacionamiento, le ahorraría mucho tiempo.  { Será mejor que si quiere más entregas, ponga un estacionamiento en este lugar. } Pensó acerca del dueño del negocio al que había llegado, un centro de tiro. Esos lugares donde la gente puede acudir y dispararle a maniquíes a cambio de algunos dolares.

Alek sin dudar ni un segundo, entro en el lugar y se dirigió a donde tenía que ir según las indicaciones de su hermano "Que no te importe quien este dentro, en cuanto entres verás al fondo una puerta roja, si entras ahí encontrarás a quienes estén disparando, no hay problema con que entres sin protección en las orejas, el área de tiro es un cuarto insonorizado y para poder entrar en el, debes de hablar con un guardia. Él es nuestro comprador." Se retiró las gafas oscuras y las guardo en un bolsillo de su saco, camino sin detenerse más que para ofrecerle una picarona mirada a unas jovencitas que admiraban con curiosidad unas armas que se encontraban en una estantería. Entró al área de tiro y se dirigió directamente al guardia.

-¿Ruger? Dijo a manera de clave al guardia y este le contesto con una cifra, la del número de serie de la pistola que le iban a entregar "22".  Alek sonrió y de uno de sus bolsillos extra en el saco, sacó una pistola envuelta en papel. -Disculpe la presentación, es la forma más discreta de entregar la mercancía. Dijo justo cuando entregaba el paquete. El dinero ya había sido entregado a su hermano por lo que no tenía más que hacer.
Fue entonces cuando algo le llamó la atención, la habitación contaba con un gran cristal que dejaba a la vista que hacían los que estaban al otro lado del mismo. Y ahí estaba ella, disparando a un tiro. La hermanita de su compañera de juegos de cuando niños.

Segura y sin fallar ni un dispar0, estaba Eileen Hesltröm.

Demasiadas cosas para tener en consideración: su tesis, su hermana y el simple hecho de que ninguna de ambas estaba saliendo como ella esperaba. Su tesis se resistía a ser perfeccionada y su hermana, por más esfuerzo que pusiera, pasaba más afuera de casa que dentro de ella. Eileen comprendía que su trabajo a veces conllevaba a esas situaciones pero vamos!, la única familia que conocía la morocha era su hermana Anne y aparentemente ella tenía cosas más importantes que hacer que atender a su familia. Incluso habiendo estado sola por años en Alemania, Eileen se frustraba con el simple hecho de que nada saliera como ella lo quería.

No obstante, la morocha tenía muy en claro que era lo que deseaba hacer para poder olvidarse de todo un poco. Tomó sus cosas y partió rumbo al lugar al cual se había convertido en una especie de lugar para sus catarsis, sin que ella se hubiera dado cuenta. Hacía ya muchos años cuando descubrió que el tiro al blanco le ayudaba a relajarse. Había sido en Alemania cuando uno de los chicos con los cuales tenía una "relación preferencial" le invitó a sentir lo que era disparar. Desde aquel entonces nunca había dejado de hacerlo. Lo extraño del asunto era que nunca le había hablado a nadie sobre ello y por alguna razón desconocida, no quería que su hermana se enterase. Ese era su lugar de escape en donde podía olvidarse de todo y sacar lo que fuera que le molestara.
De esa forma fue que una vez en el lugar tomó su arma favorita y se concentro en disparar al blanco. Para la experiencia que ella tenía, su puntería era excelente y se había convertido en la envidia de varios dentro de aquel lugar. Muchos decía que para ser una chica ella podría ser perfectamente una sicaria y sorprendería a todo un mundo. Eileen no tenía ningún interés en matar a nadie, solo lo hacía como hobbie y listo.
Acabo todas sus cargas y entonces decidió que era hora de un descanso. Se acerco al hombre que se encargaba de las armas y le entrego la suya.
- ¿Es todo por hoy muñeca? - le preguntó aquel hombre que ya tanto conocía - Ni cerca Rob, solo me tomaré un descanso - aclaro la morocha mientras le sonreía y salía de aquella sala.
Entonces sucedió que la vida le sorprendió. Si había a alguien que no había esperado encontrarse allí era justamente a él.
- ¿Alek?.. ¿que haces aquí? - preguntó sorprendida al ver parado a unos metros suyos a la mano derecha de su hermana.

¿Cuando había sido la última vez que le vio? 6, 8 meses quizá. Si, en una reunión donde también estuvo Anne aunque está siempre pegada al móvil, para variar.
Recordó el día y que Eileen no estaba muy satisfecha con la atención que brindaba Anne a sus invitados.

Cuando había acordado ya tenía a la castaña hablándole, su plan era solo verle vaciar el cartucho y retirarse, haciendo como si nada hubiera pasado o quizá usar dicha información para futura extorsión pero la chica se le adelantó.

- Negocios. Se limitó a contestar muy tranquilo mientras señalaba al guardia que justamente estaba guardando el paquete que antes le entregó. - Aunque, relmente... a quien debería de preguntarle eso es a ti.
Metió las manos a sus bolsillos y tomo una actitud dominante, como cuando un padre encuentra a su hijo haciendo una travesura.

{¿Que hace aquí? De todos los lugares donde pude haberla encontrado, toca este. ¿Pero como...- ¿Sabra de esto Anne? }   Su mayor preocupación se hizo evidente en su rostro, Anne, la sobreprotectora ¿sabra que su pequeña hermanita visita centros de tiro para masacrar maniquíes y sabra que lo hace muy bien? A Alek no le molestaba el hecho de que la chica saliera a divertirse ni que practicara este tipo de cosas, al fin y al cabo, ella sabe que hace de su vida. Lo que le preocupaba era que su hermana se enterara del hecho y que saltara sobre ella y la vigilara 24/7 cosa que él detestaría demasiado.